La pandemia por COVID-19 obligó a repensar muchas formas de trabajo, y la CEV no fue la excepción. En lugar de suspender sus actividades, adaptó sus metodologías y creó espacios virtuales para seguir conectando con las víctimas en el exilio. De ahí nació la “Ágora de la Memoria Virtual”, un espacio en línea donde cientos de personas pudieron compartir sus testimonios y construir memoria colectiva a distancia (Martínez-Leguízamo, 2022, p. 128).
Este espacio funcionó como un archivo vivo, una sala de encuentro y una herramienta política al mismo tiempo. Fue innovador porque permitió reunir a personas que viven en diferentes países, sin necesidad de desplazarse físicamente. También fue una forma de mantener viva la conversación sobre la verdad y la justicia en tiempos difíciles.
Uno de los momentos más importantes de esta experiencia fue el 7º Encuentro por la Verdad, realizado en noviembre de 2020. Participaron más de mil personas exiliadas desde más de veinte países. A través de pantallas, plataformas de videollamadas y redes sociales, compartieron sus voces, denuncias, esperanzas y demandas (Martínez-Leguízamo, 2022, p. 129).
La Ágora Virtual demostró que las tecnologías digitales pueden ser aliadas poderosas para construir procesos de memoria, sobre todo cuando las condiciones presenciales no lo permiten. Además, dejó un modelo valioso para otras comisiones de verdad que, en el futuro, quieran trabajar con diásporas o comunidades desplazadas.
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